miércoles, 13 de junio de 2012

Breve relato de amor

Está todo dispuesto para que dé comienzo el encuentro. Él la está por pasar a buscar por su casa. La justa se encuentra pactada desde hace varios días. Él viene de un duro descenso después de haber jugado varios años en primera. Ella, de varios meses de inactividad. 

El reloj marca las 21:00 hs. y él la pasa a buscar.

¡¡Qué exquisitez!! Ese primer toque de calidad y caballerosidad abriéndole la puerta del auto la sorprende y la deja mal parada. Su reacción invita a ilusionarse con la posibilidad de vulnerar una defensa que a primeras luces parecía inquebrantable. Él vuelve a subir y arrancan para el escenario elegido, terreno neutral para que ninguno juegue de local.

La indumentaria de ella es acorde al evento. Está de estreno porque la ocasión lo amerita. Él viste su clásico conjunto que tantas alegrías le ha dado. Damos paso a nuestro locutor comercial:

- Ella está toda vestida de Tara, y los zapatos son de Tito calzados, por supuesto.

Gracias Waltercito. Volvemos al encuentro. Ya están ambos players dispuestos frente a frente. Se observan, se estudian, se analizan, pero ninguno se suelta. ¿Qué opina Dotor?

- Es así estimado relator. Se miran, se miden, se perciben, se leen, se auscultan, pero ninguno se anima, se larga, ninguno toma la iniciativa. Se están cuidando las piernas.

Gracias Dotor por tan profundo análisis. Se está pareciendo a un comentarista de televisión; solo sabe contar lo que vemos en la imagen. 

Ella le pregunta por su última campaña, la cual fue desastrosa, y ella lo sabe porque le siguió la carrera, y él la saca al óbol. Él suelta algún encare por el lateral pero ella tira el achique y lo deja en orsai.

El encuentro transcurre así, bastante aburrido para los espectadores. Pero ellos están dejando la vida en la cancha, usando todas sus artimañas, todas sus armas secretas para doblegar la defensa rival. Un empate que esperanza, que permite soñar con un una buena temporada. La revancha queda pactada para la semana siguiente. Con las cartas sobre la mesa sabrán jugarse el todo por el todo en pos de conseguir la victoria que ambos anhelan.


Para conocer otras versiones de esta historia se puede leer Querido Diario y Entretiempo.

5 comentarios:

Pase doña, mire que no molesta.