jueves, 29 de agosto de 2013

Una siesta

Manolito duerme poco. Y los padres menos. Tiene 10 meses y se despierta entre 3 y 8 veces por noche. 

Mis ojeras me llegan a la pera. Me cuentan que a mi mujer la ven dos por tres caminando sonámbula en el trabajo. Que una vez se dio de frente contra una columna y ahí mismo empezó a cantar ♫ Arrorró mi niño ♫

Debo reconocer que ella la lleva peor que yo. Mis acudidas ante la emergencia se dan porque me quedé despierto escribiendo boludeces. A partir de las 4 de la mañana a mí no me despierta ni el Enano de la Vela cantando a capella en mi cuarto así que es ella la que duerme salteado.

Ya probamos de todo pero nada funciona. 

La doctora nos recomendó ponerle un poquito de tilo en la mamadera. "¡Lo están drogando!" dijo, escandalizada, mi suegra. "Si es natural dale lo que sea" dijo la liberada de mi madre. "Callá a tu vieja" dijo mi mujer. 

"Seguramente el cuarto no está dispuesto según las reglas del Feng Shui", sugirió alguien. No, seguro que no maestro. Probamos moviendo la cama de lugar tal como indica el mail que viene circulando desde el año 1128. Tampoco sirvió de nada. Por lo menos hicimos lo correcto, reenviamos el mail y la desgracia no se cernerá sobre nuestra familia. 

Nos recomendaron que hiciera actividades. Que cansándolo va a dormir toda la noche seguro. Ya es goleador en churrinches pero se sigue despertando la misma cantidad de veces. Y no hay Parabiago tan chicos todavía.

Que cene fuerte así se va a dormir pesado comentó algún amigo. Ni dos choripanes ni un plato de cazuela de mondongo lograron el efecto deseado. Todo lo contrario. Se despierta de los gases.

A medida que van pasando los meses se vuelve más grande y va quedando despatarrado cuando lo arrullo, con las piernas y los brazos colgando. Mato el tiempo hasta que se vuelve a dormir pensando en cómo será mecerlo en brazos cuando tenga 18. Me hace acordar al hijo de la Oreiro que tiene como 5 años y toma la teta de parado.

Manolito tiene diez meses, duerme poco y yo menos. Pero la mayoría de las veces que se despierta sólo necesita saber que estoy ahí. Y eso compensa todo.