sábado, 20 de julio de 2013

Rayuela

Hace poco, después de mucho tiempo volví a ver una rayuela. Hacía años que no veía una pintada en el piso.  ¿Será que los niños de ahora no quieren llegar al cielo?

Si es así, ¿qué pasa que la iglesia católica apostólica romana no llega a nuestros infantes?

El que sí se fue al cielo hace poco fue John Lennon. Se ve que se tomó el directo  Infierno – Cielo sin escalas (creo que es el D2, pero no estoy seguro, hace tiempo que no voy para ahí) gracias a la voluntad divina de los representantes de Dios en la Tierra. Parece que el Vaticano, después de más de 40 años lo perdonó por haber dicho en 1966 que los Beatles eran más famosos que Jesucristo.

Se pasaron los bati-algo ahí. Si el John tenía razón…  ¿Cómo no quieren que su mensaje no llegue a los mortales, a los simples terrícolas con ese tipo de declaraciones pelotudas?

Volviendo a la rayuela: yo era muy bueno en ese juego, salvo que nunca podía llegar al final. No sé si era un tema de puntería con la piedrita o es que ya de chiquito me traicionaba el subconsciente.

La cuestión es que ya no se ven botijas jugando en la calle. Ya no se escuchan diálogos como cuando uno agarraba la pelota en medio de un contraataque fulminante “- ¡Perá, perá! – ¡¡¿Qué cobrás?!! – Auto” (no sé si es típica frase de fulbito en la calle, pero era lo que decíamos nosotros y que la usábamos en situaciones comprometidas como un contragolpe voraz del equipo rival: se agarraba la pelota con las manos alegando “Auto” obligando a detener el match) o “no vale chumbiar”.

Si seguimos así, si se acaba el fulbo en la lleca, este país se va al bombo; habrá un descenso en las exportaciones tan drástico que la reciente crisis de los subprime va a parecer la pequeña lucha diaria por llegar a fin de mes que sufrimos todos. Este país (¡¿qué digo este país?! debería decir eh….. ¿un par de tránfugas?, mejor dejo “país”) no se puede dar el lujo de dejar de vender guachitos pateadores de pelota de menos de 20 años al exterior. Si este producto escasea, ¿cómo nos va a conocer el mundo después? ¿cómo dejaríamos de ser un ignoto territorio en vías de desarrollo si no hay Tabareses Silvas, Marujos Oteros, Nicos Oliveras y Marcelos Zalayetas agarrándose a las piñas en boliches españoles, o Gustavoses Munuas dejando internados a compañeros de equipo?

Retomando la cuestión de por qué las futuras generaciones de este bendito país ya no juegan más en la calle, por lo menos hasta que se haga la nochecita dele señora no sea mala déjelo bajar un ratito: ¿qué es lo que pasa? ¿Será que los maestros mandan más deberes y por alguna mutación genética ocurrida en la última década, los educandos vienen más responsables?  Mandar más deberes significa corregir más y con el sueldo de mierda que ganan los maestros, y a menos que vayan por la huelga japonesa (producir más de lo que el empresario puede vender. ¡Chau! los tataka son unos cras, esa acá no corre ni en pedo, es porque estamos taaaaaaaannnn lejos, en el mapa digo) no es buena estrategia gremial. Y según dicen, los niveles de reprobación crecen año a año. Así que no puede ser el aumento en “la tarea” la explicación de esto.

¿Tendrá algo que ver la sensación térmica de inseguridad? Esa se la llevo, puede ser, no le voy negar que no si sí.

El más moderno baby-sitter, sustituto de los padres: la/el plei esteiyon y/o similares, ¿no jugarán un rol importante en todo esto? Aunque nosotros teníamos el Family y todo bien, pero preferíamos andar callejeando. Y la tele, ni que hablar. Avísenle a la Iglesia que por cada 5 niños que saben quien fue Jesús, hay 58 que prefieren a Patito Feo. Hay que excomulgar a todas las divinas, ¡¡ya!!


El otro día volví a ver una rayuela pintada en la calle y una nena saltando en una pierna intentando llegar al cielo. Se me escapó una sonrisa y seguí caminando.

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Pase doña, mire que no molesta.