Hace poco, después de mucho
tiempo volví a ver una rayuela. Hacía años que no veía una pintada en el
piso. ¿Será que los niños de ahora no
quieren llegar al cielo?
Si es así, ¿qué pasa que la
iglesia católica apostólica romana no llega a nuestros infantes?
El que sí se fue al cielo hace
poco fue John Lennon. Se ve que se tomó el directo Infierno – Cielo sin escalas (creo que es el
D2, pero no estoy seguro, hace tiempo que no voy para ahí) gracias a la
voluntad divina de los representantes de Dios en la Tierra. Parece que el
Vaticano, después de más de 40 años lo perdonó por haber dicho en 1966 que los
Beatles eran más famosos que Jesucristo.
Se pasaron los bati-algo ahí.
Si el John tenía razón… ¿Cómo no quieren
que su mensaje no llegue a los mortales, a los simples terrícolas con ese tipo
de declaraciones pelotudas?
Volviendo a la rayuela: yo
era muy bueno en ese juego, salvo que nunca podía llegar al final. No sé si era
un tema de puntería con la piedrita o es que ya de chiquito me traicionaba el
subconsciente.
La cuestión es que ya no se
ven botijas jugando en la calle. Ya no se escuchan diálogos como cuando uno
agarraba la pelota en medio de un contraataque fulminante “- ¡Perá, perá! – ¡¡¿Qué cobrás?!! – Auto” (no sé si es típica
frase de fulbito en la calle, pero era lo que decíamos nosotros y que la
usábamos en situaciones comprometidas como un contragolpe voraz del equipo
rival: se agarraba la pelota con las manos alegando “Auto” obligando a detener el match) o “no vale chumbiar”.
Si seguimos así, si se acaba
el fulbo en la lleca, este país se va al bombo; habrá un descenso en las exportaciones
tan drástico que la reciente crisis de los subprime va a parecer la pequeña
lucha diaria por llegar a fin de mes que sufrimos todos. Este país (¡¿qué digo
este país?! debería decir eh….. ¿un par de tránfugas?, mejor dejo “país”) no se
puede dar el lujo de dejar de vender guachitos pateadores de pelota de menos de
20 años al exterior. Si este producto escasea, ¿cómo nos va a conocer el mundo
después? ¿cómo dejaríamos de ser un ignoto territorio en vías de desarrollo si
no hay Tabareses Silvas, Marujos Oteros, Nicos Oliveras y Marcelos Zalayetas
agarrándose a las piñas en boliches españoles, o Gustavoses Munuas dejando
internados a compañeros de equipo?
Retomando la cuestión de por
qué las futuras generaciones de este bendito país ya no juegan más en la calle,
por lo menos hasta que se haga la nochecita dele señora no sea mala déjelo
bajar un ratito: ¿qué es lo que pasa? ¿Será que los maestros mandan más deberes
y por alguna mutación genética ocurrida en la última década, los educandos vienen
más responsables? Mandar más deberes
significa corregir más y con el sueldo de mierda que ganan los maestros, y a
menos que vayan por la huelga japonesa (producir más de lo que el empresario
puede vender. ¡Chau! los tataka son unos cras, esa acá no corre ni en pedo, es
porque estamos taaaaaaaannnn lejos, en el mapa digo) no es buena estrategia
gremial. Y según dicen, los niveles de reprobación crecen año a año. Así que no
puede ser el aumento en “la tarea” la explicación de esto.
¿Tendrá algo que ver la
sensación térmica de inseguridad? Esa se la llevo, puede ser, no le voy negar
que no si sí.
El más moderno baby-sitter,
sustituto de los padres: la/el plei esteiyon y/o similares, ¿no jugarán un rol
importante en todo esto? Aunque nosotros teníamos el Family y todo bien, pero
preferíamos andar callejeando. Y la tele, ni que hablar. Avísenle a la Iglesia
que por cada 5 niños que saben quien fue Jesús, hay 58 que prefieren a Patito
Feo. Hay que excomulgar a todas las divinas, ¡¡ya!!
El otro día volví a ver una
rayuela pintada en la calle y una nena saltando en una pierna intentando llegar
al cielo. Se me escapó una sonrisa y seguí caminando.
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Pase doña, mire que no molesta.