- Disculpe, pero ya sabe que no se pueden verter opiniones políticas en este espacio.
- De acuerdo, pero permítaseme comentarle que en realidad no me lo habían dicho.
- Pues se lo estamos diciendo ahora.
- Entonces ¿no puedo opinar sobre el gobierno por ejemplo?
- A ver, antes que sigamos, ¿Usted sabe lo que es la política?
- Por supuesto.
- Definamelá.
- Bueno, la política es el arte de gobernar o dirigir la cosa pública.
- ¿O sea que para usted la política es un arte?
- Sí. Eso dicen.
- ¿Y qué es el arte?
- Helarte es dejarte helado.
- No sea tarado, hablo del arte.
- No me tutee por favor, "helarlo".
- Hablo de EL arte.
- Aaah... arte es toda expresión humana que se precie de tal.
- Ajá, de tal... qué?
- ¿Qué talco?
- ¿Todo viento y bosta?
- Bien, por suerte todo bien.
- ¿Va a decir algo sobre por qué piensa que la política es un arte?
- Esteeee..., bueno, eeeh... básicamente...,
- Argumente señor, deje las muletillas.
- Usted me discrimina por mi discapacidad
- ¿De qué discapacidad me habla?
- De mi cojera en el habla que me obliga a usar muletillas.
- A mí me parece que usted es un poco pelotudo.
- ¿Me ha visto las pelotas?
- Usted es un pajero.
- No, no trabajo de quinchador.
- Usted es un boludo.
- ¿No habíamos quedado en que no me había visto desnudo? ¿Usted es homosexual?
- Ah, pero, como dice el dicho, usted es toro en rodeo propio y torazo en rodeo ajeno.
- ¿De qué habla señor? Yo soy un ser humano, una persona bien, hecha y derecha.
- Qué lástima. Los zurdos le ponen mucha y mejor rosca.
- Usted siempre hablando de fútbol.
- Uno habla de lo que sabe.
- Usted no sabe nada de nada.
- Usted tampoco.
Jajaja. muy bueno...Me gusto... cortito.. divertido. Díscolo!
ResponderEliminar